- Diego Colazo

El cosquilleo existia a pesar de mi experiencia en vueltas olimpicas (tengo 33 y estube presente en todas menos en la del 74) La semana arranco haciendo la cola toda la noche para conseguir una entrada, del grupo con que estaba solo llego a la boleteria mi hermano Favio quien gracias a su polenta consiguio entradas para casi todos nosotros, nos faltaba una, pero a mi sobrino de 11 años lo ibamos a meter sin entrada de una. Los tiket los guarde yo como quien guarda un trofeo de guerra y a traves de las camaras de los medios del pais no entendian nada, se matan por una entrada al pedo si en la cancha de Independiente van a tener mas 20 mil localidades... claro no tenian idea de lo que es el descontrol y la pasion leprosa.

El sabado preparamos todo, los dos autos, dos familias a full y dos heladeras con alimento y bebidas y una carga de esperanza a toda prueba. en esos momentos fue casi imposible encontrar un sina por la calle, claro, ellos saben que nosotros en estas situaciones nunca fallamos y conozco varios casos de mudos sin aliento que prefirieron tomarse unos dias de vacaciones en misiones antes de ser testigos de tremendo acontecimiento.

El domingo amanecio soleado, las bombas se empezaron a esuchar desde bien temprano, dormi muy poco como si fuera yo quien iba a jugar ese partido, al salir a la calle senti algo que al recordarlo me eriza la piel, senti al presencia de Newell's en el aire, de muy temprano se veian autos pasar con banderas rojas y negras saliendo por las ventanas, fuimos a cargar nafta y embanderamos nuestros autos, adelante y atras teniamos ya mas autos en misma situacion y la sonrisa complice con la que nos comunicamos los hinchas leprosos aunque no nos conozcamos, es que pertenecemos a una raza distinta, somos distintos no hay dudas, tanta pasion focalizada hacia un objetivo hace que a la larga lo consigamos.

Salimos a la ruta y lo que se veia fue algo jamas visto, y eso que fui testigos de masivos traslados de hinchas leprosos a canchas capitalinas, lo de aquella mañana por la autopista no tiene comparacion alguna, parecia una avenida de la ciudad, los autos, colectivos, camionetas, motos se contaban por miles, la gente haciendo dedo impresionante y hasta he visto gente caminando! que seguramente habia salida la noche anterior.

Y el panorama se iba acrecentando a medida que nos acercabamos, no habia dudas, todas las previsiones en cuanto a la cantidad de gente se habian desvirtuado y estabamos seguro que eramos testigos privilegiados de un acontecimiento inedito, de un verdadero exodo leproso a Avellaneda.

Al entrar en capital nos dimos cuenta cabal que en verdad estabamos invadiendo buenos aires, que ese obelisco que nos veia pasar desconfiado seria testigo de unos de los festejos mas extraordinarios de los ultimos tiempos.

Llegamos a Avellaneda y guardamos los autos en una cochera que nos mato con 10 mangos, pero por Newells eso no era nada, Avellaneda era el parque Independencia un domingo de partido, los colectivos de linea que llegaban cerca de la cancha venia con leprosos hasta en el techo, y no es una metafora, es pura realidad, caminamos unas cuadras y encontramos una plaza, ahi comimos y bebimos y cofraternizamos con otros hinchas que tambien se instalaron alli.

Al acercarse la hora del partido partimos rumbo a la cancha y ahi la marea humana nos dejo sin palabras, veredas y calles eran una sola cosa, conocidos por todos lados, eso fue el pais Newells algo jamas visto.

Asi entramos, mi hermano que tenia las 10 entradas y nosotros que eramos 11, pero bueno, entramos igual nunca nadie se dio cuenta. Ya dentro de la cancha por todos los rincones salian hinchas nuestros, hasta en la propia visera habia hinchas de la lepra! y a los que dudan que fuimos 40 mil, cuantos entran en la cancha de Independiente? 50 mil? ma van a decir a mi que habia 10 mil del rojo, ni en pedo, la llenamos nosotros solos a esa cancha.

El calor nos comio el amte, los baños sin agua nos dejo a manos de los hijos de puta que nos vendian una botella de gaseosa a 5 mangos, pero por ver a Newells Campeon eso no era nada! El equipo estaba atado, entre el calor el grito ensordecedor, las banderas, el cotillon y un equipo que estaba atado nuestra mente viajo a otras canchas, insultabamos a los que tenian radio recriminandoles que porque no terminaba ya el partido de velez y arsenal, veo gente arrodillada rezando, gente que va y viene, el tiempo se detubo por un instante.... termino ! empato velez!

....... y todos explotamos! abrace a todos los que estaban a mi lado, no llores mas me dijo uno y no pude hacerle caso, corri a buscar a mi gente y ahi estaban mi vieja mis hermanos todos llorando todos locos por haber sido testigos de una estrella mas, la estrella de Avellaneda.

El final lo conoce todos, horas para salir de esa cancha y esas calles alborotadas, ese obelisco que fue testigo de un festejo inedito, esa ruta esos peajes que vieron desfilar miles de almas rojinegras, y rosario y sus calles, el monumento y el Coloso, ya todos saben lo demas, ya todos saben quien es el mas campeon de la ciudad, el que gana cosas importantes y el que no arruga nunca, y vamos por mas, por eso nos tienen tanto miedo.