Inteligencia Coorporativa
Centro de Control - NUEVA YORK

El pasado viernes 28 de mayo, se estrenó en EE UU la película El día después de mañana (The day after tomorrow), en la cual el director Roland Emmerich recrea, con impresionantes efectos especiales, las consecuencias catastróficas de romper el frágil equilibrio ambiental como resultado de décadas de negligencia, políticas erradas, arrogancia e intolerancia de líderes políticos y desprecio por la opinión pública. Un climatologista había venido anticipando la hecatombe ecológica al presidente, al vicepresidente de EE UU y a su gabinete.

Interrogado sobre lo que se podría hacer para evitar el desastre que amenazaba con una súbita era de hielo en el Hemisferio Norte, el profesor Hill contesta que casi nada. Ya era tarde.

El mismo día de este estreno la revolución bolivariana, por parecidas razones, y como resultado de cinco años de negligencia, fanatismo, intolerancia, incompetencia y arrogancia que rompen el frágil equilibrio político que imperaba en el país comienza a vivir su propia catástrofe. ¿Cómo evitarla? Como la escena de la película, ya es tarde. Decenas, centenares de “expertos en climatología” advirtieron al presidente, al vicepresidente, a los miembros del gabinete y a los líderes del MVR de esta insensatez que autoproclamaron “revolución”. El reflujo de una enorme marea, acompañada de tornados y de una gélida temperatura, llegará a las costas de este país gobernado temporalmente por depredadores de las instituciones. Ya nada podrá evitar el desastre que se les aproxima antes de que se restablezca el equilibrio político alterado. El comienzo de esta nueva era, independientemente de lo que haya decidido el CNE, será el día después de mañana.

BIG BEN

LA DENUNCIA DE THE MIAMI HERALD sobre el control accionario por parte del Gobierno Nacional de la empresa Bizta, asociada con Smartmatic, las cuales suplirán las máquinas de votación y el software, ratifica lo que desde hace meses hemos sostenido en esta columna: el consorcio SBC será la última línea de defensa de la revolución bolivariana en la larga y accidentada ofensiva opositora hacia el revocatorio presidencial. El ensamblaje de este tinglado corporativo para asegurar la participación oficial a través de Foncrei se cocinó por instrucciones del vicepresidente José Vicente Rangel, en el Registro Mercantil Quinto, ubicado en la Torre B, PB, locales 3 y 4 del Cubo Negro en Chuao, cuya titular es su hija, la abogada Gisela Rangel Avalos de D’Armas. JVR es parte del gang que armó el consorcio Smartmatic- Bizta-Cantv que incluye a los “wonderboys” Alfredo Anzola y Antonio Mujica, la familia Gabaldón- Anzola, los Herrera-Oropeza y, por supuesto, el inefable creador de la doctrina revolucionaria bolivariana, “business is business”, Bernardo Luis del Carmen Álvarez Herrera, embajador de Venezuela en Washington. Si existiera alguna duda de la intención non sanctade esta alianza basta decir que los documentos sobre los cuales fundamentó la denuncia The Miami Heraldque se encontraban en el archivo 9 del citado Registro Mercantil, desaparecieron al día siguiente de ser publicados como por arte de magia y flagrante violación a la ley. ** THE NEW YORK TIMES persiste en su campaña para evitar que el 20% del electorado de EE UU que votaría con máquinas de la misma arquitectura que la propuesta por Smartmatic, sea llevado a cabo. “Expertos”, señala el editorial del pasado domingo, “han estado advirtiendo que el voto electrónico en su forma actual no puede ser confiable. Existe un peligro real que las elecciones sean robadas con un vil código de computadora o que errores pudieran alterar el resultado de una elección”. Llama la atención que en el país de las instituciones de mayor credibilidad del mundo la preocupación por la seguridad del voto de 20% de su electorado sea mayor que la que existe en Venezuela, por el 95% que votaría con un sistema idéntico. “Para comenzar”, insiste el NYT, “asombra la falta de transparencia que rodea este proceso”. Un software de votación puede contener un millón de líneas y sobre este punto el mismo editorial cita al famoso Dr. David Dill, profesor de ciencias de la computación de la Universidad de Stanford: “No existe la tecnología que pueda encontrar todos los virus maliciosos que puede contener un software”. **LA DETENCIÓN Y POSTERIOR DEPORTACIÓN de Domingo Rosario, director de Gestión Ciudadana de la Alcaldía Libertador, en el aeropuerto de Newark, New Jersey, en las inmediaciones de Nueva York, y la revocatoria de la visa de residente del jefe de los círculos bolivarianos de Miami, Jesús Rafael Soto, que recibirían (¿o entregarían?) una donación a grupos radicales de EE UU demuestra, en primer lugar, que están siendo investigadas estas actividades chavistas. Como es sabido, la Venezuela Information Office (VIO), una dependencia de la Embajada de Venezuela en Washington destinada al lobby, ha distribuido centenares de miles de dólares en sospechosos personajes que pudiera haber llamado la atención de los organismos de seguridad. Si estas medidas se asocian a las duras declaraciones de advertencia del subsecretario asistente para el Hemisferio Occidental, Jorge Noriega, se podría decir que en el fondo de esta ofensiva subyace un mensaje: a EE UU no le preocupan las amenazas del presidente Chávez de interrumpir los suministros petroleros en plena campaña electoral. No obstante las apariencias, se sabe que el Pentágono aún conserva buenas relaciones con oficiales de rango medio de todos los componentes de la FAN y los que hacen cursos en EE UU. Esta evidencia obligó al general García Carneiro a hacer que finalmente se ejecutara el desalojo de los oficiales estadounidenses que todavía permanecían en el Fuerte Tiuna, a pesar de que la solicitud se produjo hace cerca de dos años. Ningún oficial venezolano había tomado la iniciativa de hacerla cumplir. **EL CANDIDATO para reemplazar al general James Hill del Comando de Sur era inicialmente el general Ricardo Sánchez, comandante de las fuerzas de tierra en Irak. En virtud de los incidentes con los prisioneros ha trascendido que el Pentágono postulará al teniente general Bantz Craddock, nada menos que el actual asistente militar del halcón de halcones, el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld. **ESTE DOMINGO 6 DE JUNIO, 18 jefes de Estados conmemoran los sesenta años del Día D, la Invasión a Normandí. La más grande concentración de unidades militares en la historia de la humanidad pertenecientes a ocho países aliados que formaron 7.000 unidades flotantes, entre ellas 6 buques de guerra, 23 cruceros, 104 destructores y 4.000 naves de desembarco tripulados por 195.000 marinos que integraban 75 convoyes y transportaban 133.000 hombres de tropa, protegidos y apoyados por unas 12.000 unidades aéreas. Este fue el comienzo del fin del Tercer Reich. Con frecuencia, la victoria final hace olvidar las disputas y las enormes dificultades y obstáculos que hubo de superar esta alianza histórica para consolidar este triunfo.

Hombres de diferente formación, creencias, ideologías y concepciones políticas enfrentaron la más grave amenaza al mundo libre. Franklin Delano Roosevelt, un demócrata de convicciones que presidía una República Federal, Wiston Spencer Churchill, jefe de gobierno de un imperio y Joseph Stalin, líder de una dictadura comunista, encabezaron la más amplia y exitosa coalición de la historia seguida por la más grande coreografía militar de egos jamás conocida bajo la suprema dirección del paciente, humilde e imperturbable Dwight Eisenhower, el general activo con más sentido político de su tiempo. En los altos mandos y teatros de operaciones diseminados por el mundo danzaban las prima donnas del estrellato militar, el general George Marshall, el mariscal Montgomery, el general Charles de Gaulle, el general Henry Giraud, el general George Patton, el general Omar Bradley, el general Harold Alexander, almirante Louis Mauntbatten, el general Douglas McArthur, el almirante Chester Nimitz, el almirante Bull Halsey, el general Bill Donovan, jefe de inteligencia de EE UU, y el coronel Steward Menzies, jefe del servicio secreto de Gran Bretaña, entre muchos otros.