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Jacobinismo | Jacobita | Jafético | Jansenismo | Jasidismo | Jesuita | Jihad | Jónico | Jornada de trabajo | Judaísmo | Junker | Junta | Jurado | Jurisprudencia |

Jacobinismo

Fue la ideología del sector más revolucionario de la burguesía durante la revolución francesa de 1789.

Para defender la revolución de los feroces ataques de la aristocracia feudal, los jacobinos impusieron la república, centralizaron el poder y recurrieron al terror. Inicialmente la revolución francesa mantuvo al rey, pero éste no cesó de conspirar y urdir toda suerte de levantamientos, por lo que tuvieron que ajusticiarlo y proclamar la república. A causa de su extrema inestabilidad, el poder de la república se tuvo que centralizar en manos de un reducido comité encabezado por Robespierre con delegaciones por toda Francia que preservaran las conquistas del nuevo Estado de la contrarrevolución señorial. El proceso estuvo acompañado del primer fenómeno terrorista que conoció la historia, desatado por la burguesía desde el poder del Estado para defenderse de los ataques internos y externos de la reacción feudal.

De aquí dedujo Marx la ley de que, tras toda revolución, el poder del Estado sólo puede adoptar la forma de una dictadura si quiere mantener las conquistas alcanzadas frente a los enemigos que quieren volver hacia el pasado y preservar sus privilegios.

Jacobita

Es una corriente cristiana monofisista que no reconoce la naturaleza divina de Jesucristo impuesta como dogma por la Iglesia en el Concilio de Calcedonia del año 451.

Igual que los arrianos, los monofisistas tuvieron una fuerte implantación en Oriente Medio y supieron adaptarse muy bien a la lengua y las peculiaridades locales, lo que les permitió sobrevivir a la posterior expansión del islam. En Siria Jacob Bar Addai predicó el monofisismo haciendo del sirio, que proviene del arameo, la lengua litúrgica. Esta Iglesia, bajo el nombre de Iglesia Jacobita, aún subsiste en Siria, donde cuantan con unos 150.000 creyentes. En el siglo XVII se escindieron y una rama adoptó una línea próxima a la católica.

Jafético

Es una supuesta familia de lenguajes, compuesta por los idiomas caucásicos, el sumerio y el vascuence, de la que históricamente fueron derivando todos los demás.

La teoría jafética del lenguaje fue expuesta por el lingüista ruso N.I.Marr en 1908 y, además del origen de las lenguas, pretende explicar el origen de todos los vocablos a partir de sólo cuatro de ellos. Tras la Revolución de 1917, Marr afirmó que, lo mismo que las ideologías, el lenguaje también era una superestructura y que, en consecuencia, tenía una naturaleza clasista, que existían lenguas burguesas y lenguas proletarias.

En base a todo ello, Marr afirmó que sus tesis constituían el fundamento del materialismo dialéctico aplicado a la lingüística y, después de grandes polémicas, a finales de los años cuarenta logró un cierto reconocimiento en los medios académicos de la Unión Soviética, hasta el punto de que en su obra sobre la lingüística Stalin tuvo que criticar esta errónea teoría.

Jansenismo

Es la corriente católica creada por el teólogo holandés Cornelius Janssen en el siglo XVII, que ponía singular énfasis en la gracia y la predestinación divina.

Basándose en los escritos de San Agustín, Janssen (1585-1638) desarrolló toda una doctrina que tuvo una gran influencia durante algunos siglos, especialmente en Francia, aunque fue ferozmente perseguida por la jerarquía católica. En aquella época, a causa de lucha contra los protestantes, los estudios teológicos acerca de la gracia y la predestinación estaban censurados, por lo que Jansen tuvo que estudiar clandestinamente los textos y sus manuscritos no fueron publicados hasta su muerte, ocurrida cuando era obispo de Ypres, por su amigo, el sacerdote Juan Duverger, que era enemigo de los jesuitas. El cardenal Richelieu encarceló a Duverger, pero no pudo impedir que los escritos de Janssen fueran los más leídos de aquella época. Ni Janssen, ni Duverger, fueron nunca condenados como herejes, pero otro sacerdote, Arnauld, completó el jansenismo en su opúsculo De la comunión frecuente.

El jansenismo es una variante del fundamentalismo católico caracterizado por su extremado rigorismo litúrgico. Niega la libertad humana y predica el fatalismo, poniendo la salvación en manos de la gracia divina. Viene a ser una especie de calvinismo católico y los calvinistas defendieron la doctrina de Janssen.

Cinco proposiciones jansenistas fueron condenadas como heréticas por la bula Cum occasione de Inocencio X en 1653 y vueltas a condenar por Alejandro VII (1656) y Clemente XI (1705): algunos mandamientos no pueden observarse; para observarlos es imprescindible la gracia; para salvarse basta la libertad o falta de violencia externa; como defendieron los semipelagianos, es necesaria la gracia interior al inicio de la fe; Cristo murió por todos los hombres y no sólo por los predestinados.

A partir de entonces hubo una fuerte lucha entre los jansenistas y los ortodoxos, con expulsiones y excomuniones mutuas en las que participaron todas las órdenes religiosas (benedictinos, cistercienses, cartujos, carmelitas, capuchinos, dominicos, jesuitas), que se peleaban entre sí por el poder y el control de la Iglesia católica. El cisma se pudo evitar en Francia mediante un acuerdo papal ratificado por el Parlamento, pero no en Holanda, donde el obispo Cornelius Steenoven creó la primera Iglesia jansenista en 1722.

Jasidismo

Es una corriente mística del judaísmo surgida en el siglo XVIII en Europa oriental que actualmente forma parte de la rama ortodoxa.

Está muy influenciado por la Cábala y el panteísmo.

Jesuita

Es el miembro de la orden militar-religiosa denominada Compañía de Jesús.

Fundada en el siglo XVII para combatir la reforma protestante por un sacerdote fanático vasco, Ignacio de Loyola, la Compañía de Jesús se organizó de forma militar, teniendo a la cabeza a un denominado general con un voto añadido de obediencia al Papa de Roma. La Compañía de Jesús significó un rearme de los católicos más fanáticos y reaccionarios frente a los protestantes, por lo que fueron expulsados de España tanto en el siglo XVIII como en 1931.

A causa de sus manejos, la palabra jesuita ha quedado en la lengua castellana como un insulto de uso frecuente para denominar a los que se encubren sibilinamente para sacar adelante sus objetivos, a los hipócritas y a los manipuladores.

Jihad

Es la expresión árabe que expresa la naturaleza militante del creyente musulmán.

Aunque habitualmente se traduce como guerra santa, literalmente jihad significa esfuerzo y el Corán diferencia dos tipos de jihad, la gran jihad que es el esfuerzo personal de perfeccionamiento interno, y la pequeña jihad, que es el proselitismo de las propias convicciones hacia otros.

De la traducción de este término como guerra santa el imperialismo ha pretendido deducir una especial belicosidad del islam frente a otras religiones, consideradas como pacifistas y justificar de ese modo todas sus agresiones contra el mundo árabe. Sin embargo, aunque se presentan con la piel de cordero, todas las religiones son extremadamente violentas e intolerantes y el islam no se diferencia en esto de ninguna otra. Así la Biblia (Éxodo 15,3) afirma que Yavé es un guerrero.

Las guerras más encarnizadas de la historia han sido aquellas que han encubierto sus verdaderos propósitos y se han justificado bajo un velo teológico. Las religiones son especialmente beligerantes unas con otras, ya que ellas afirman portar un mensaje que dimana de dios y tienen que divulgarlo a todos los demás, que estamos en el error, a los que somos infieles. Esa agresividad es mucho mayor en aquellas religiones que se unieron pronto a los Estados más fuertes del planeta, como el cristianismo al Imperio Romano, y trataron por la fuerza de impedir la expansión de otras religiones. Estas religiones y estas escisiones fueron ferozmente perseguidas y aniquiladas como heréticas. La historia demuestra que ninguna religión se ha expandido por el convencimiento y la predicación exclusivamente sino por la fuerza de las armas y el terror. Así la cristiandad emprendió varias cruzadas sanguinarias contra el Islam en las que llegaron a practicar el canibalismo para someter a los árabes y la criminal guerra contra la República española entre 1936 y 1039 fue santificada por la Iglesia católica como otra cruzada.

Jónicos

Fueron los primeros filósofos y científicos de la Grecia antigua que, hacia el siglo VI a.n.e., por influencia del pensamiento oriental, desarrollaron las teorías materialistas y ateas originarias.

Entre las ciudades jónicas de Asia Menor destacó Mileto cuyos pensadores supieron absorber y reelaboar las viejas concepciones mesopotámicas, babilónicas, persas e hindúes en sus aspectos más avanzados. El esplendor de las ciudades jónicas de Mar Egeo surgió de la crisis de la aristocracia latifundista y el nuevo dominio de una clase de mercaderes apoyada por caudillos militares que colonizaron el Mediterráneo oriental. Representan la superestruura ideológica en la época de transición desde la Edad de Bronce a la Edad de Hierro.

Los pensadores más imprtantes de aquella época fueron Tales de Mileto, Heráclito y Pitágoras. Estos autores rechazaron la tradición antugua y trataron de ofrecer nuevas soluciones a los problemas que siempre han inquietado a la humanidad. Sabemos muy poco de ellos porque sus ideas fueron transmitidas oralmente y luego recogidas por otros autores. Pero este mismo hecho expresa el impacto que llegaron a tener sus opiniones. Favoreció su influencia la falta de asentamiento del Estado esclavista y su interes por el pensamiento puro y no por la moral o la política.

Jornada de trabajo

Es el tiempo del día durante el cual el obrero trabaja en una empresa por cuenta y a beneficio del capitalista.

La naturaleza social de la jornada de trabajo está determinada por las relaciones de producción que dominan en la sociedad. La jornada de trabajo se divide en tiempo de trabajo necesario y tiempo de trabajo adicional. Bajo el capitalismo esta división presenta un carácter antagónico. El capitalista procura aumentar el tiempo de trabajo adicional para obtener mayor plusvalía.

Los términos máximos de duración de la jornada de trabajo, en el régimen capitalista, dependen de dos tipos de factores. Por una parte, dependen de los límites físicos en que puede usarse la fuerza de trabajo, pues el obrero necesita cierto tiempo para el sueño, el descanso, la comida y la satisfacción de otras necesidades físicas indispensables. Por otra parte, dependen de exigencias de carácter social y moral: el obrero necesita tiempo para satisfacer sus necesidades espirituales y sociales, cuyo nivel depende del estado general de la cultura en un país dado, del grado de desarrollo de la clase obrera y de la lucha del proletariado. El afán de obtener mayor plusvalía induce a los capitalistas a prolongar la jornada de trabajo, pero esta tendencia choca constantemente con la resistencia de la clase obrera que procura limitar a una magnitud normal la duración de la jornada de trabajo. De ahí que en última instancia, la duración de la jornada de trabajo se halle determinada por la correlación de fuerzas en la lucha entre los capitalistas y la clase obrera. Sobre la duración real de la jornada de trabajo, influyen en gran manera el grado de intensidad del trabajo, la magnitud del paro forzoso, el nivel del salario real, el movimiento de las fases del ciclo industrial, etc.

En el curso de la lucha contra los capitalistas, la clase obrera planteó la reivindicación de la jornada de ocho horas, como proclamaron en 1866 el Congreso Obrero celebrado en los Estados Unidos y, a propuesta de Marx, el Congreso de la I Internacional. Antes de la I Guerra Mundial la jornada de trabajo era de 10 a 12 horas en la mayor parte de los países capitalistas. En 1919, por el influjo de la Revolución de Octubre y el establecimiento de la jornada de ocho horas en la Unión Soviética, así como bajo la presión del movimiento obrero, los países capitalistas firmaron en Washington un convenio internacional sobre la implantación de la jornada de ocho horas. No obstante, muchos países no ratificaron el convenio, que se infringió a menudo incluso en los países que lo aprobaron. La reducción ulterior de la jornada de trabajo va acompañada de un aumento de la intensidad del mismo, de un descenso del salario real, de un empeoramiento de otras condiciones de trabajo, de un incremento del grado de explotación de la clase obrera. La lucha de la clase obrera de los países capitalistas por mejorar sus condiciones laborales y, en particular, por reducir la jornada de trabajo no puede mejorar de manera sustancial la situación de los obreros, y las conquistas económicas alcanzadas no pueden ser sólidas. Únicamente la liquidación del régimen capitalista puede liberar al proletariado del yugo de la explotación capitalista y proporcionarle condiciones adecuadas de trabajo y descanso, puede reducir la jornada laboral, a la vez que se eleva el nivel de vida de los trabajadores.

Judaísmo

Es una religión étnica y monoteísta relacionada con la historia de la tribus hebreas que empezaron a formarse en la antigua Judea en el siglo XI a.n.e.

El judaísmo es una de las religiones étnicas más importantes. Sus fieles no provienen de la adopción del mismo rito religioso sino también de la misma etnia que, además, es precisamente el pueblo elegido por dios para la salvación eterna. Esto favorece su exclusivismo frente a los demás pueblos que, incluso en la Biblia, a parecen como pueblos malditos que deben ser implacablemente exterminados.

La historia del judaísmo comprende cuatro periodos. El primero es el periodo bíblico, en el que se disuelve la comunidad primitiva y aparece el esclavismo. El segundo es el periodo talmúdico, que constituye una justificación de la opresión esclavista. El tercero es el periodo rabínico que ofreció una explicación ilusoria de los padecimientos de las masas judías bajo el feudalismo. El cuarto es el actual, que es una adaptación a las condiciones del capitalismo y el imperialismo.

Las primtivas tribus hebreas, míticamente enumeradas como doce, eran nómadas. En el siglo XIII a.n.e. conquistaron Palestina, hasta entonces habitadas por tribus semitas sendentarias, pasando de la ganadería a la agricultura, lo que les hizo cambiar también sus dioses. La tribu de Judá se convirtió en predominante y su dios, al que llamaban Jehová o Yavéh, pasó de ser el antiguo dios de la tempestad, del fuego y el agua, a convertirse, bajo una nueva forma, en un dios único para todas las tribus, lo que les permitió formar un primer Estado.

Aquel Estado fue sometido por otros más fuertes de la región: Babilonia, Persia, Macedonia y, finalmente, por Roma en el siglo I, que destruyeron el templo de Jerusalén en el año 70 que, de ese modo perdieron su centro religioso, obligándoles a la diáspora.

El judaísmo no se debe confundir con el sionismo, que es una adaptación suya de carácter expansionista formada a finales del siglo XIX para justificar y apoyar al imperialismo.

Junker

— En Alemania, durante la etapa guillermina (1871-1914), era un aristócrata, propietario de tierras muy vinculado a la burocracia del Estado.

— En la Rusia zarista era el cadete de las academias militares.

Junta

Actualmente en desuso, es sinónimo de comité, organismo o institución pública o privada.

Jurado

En un órgano judicial colectivo cuyos miembros se seleccionan entre la población para ejercer funciones jurisdiccionales en un caso determinado.

El jurado nace durante la revolución burguesa para liquidar las instituciones judiciales feudales, que eran uno de los mecanismos fundamentales de dominación de la nobleza. El feudalismo mantenía un complejo entramado jurisdiccional de tipo burocrático, con numerosos organismos judiciales que dilataban la resolución de los litigios. Ante esa situación Montesquieu propuso liquidar las poderosas corporaciones judiciales feudales afirmando que el nuevo poder judicial burgués debía ser de alguna manera nulo. Para ello propuso dos nuevas ideas: el jurado y la electividad de los jueces.

Durante la revolución francesa, el debate sobre la reorganización judicial fue, con gran diferencia, el asunto que suscitó controversias más serias. Dentro del nuevo reparto del poder entre las clases sociales dominantes, el poder judicial fue mantenido en manos de los viejos sectores feudales. En los sistemas políticos bicamerales, el poder judicial se vinculó a la cámara alta o senado, donde se concentraba el poder de la antigua aristocracia. Además, se impuso un nuevo órgano judicial burgués, el tribunal supremo o tribunal de casación, por encima de todos los demás, no tanto como una institución judicial sino como un órgano de control político sobre los jueces y tribunales inferiores. Otra serie de mecanismos aseguraban el poder de la burguesía frente a los feudales, especialmente la eliminación de las grandes corporaciones burocráticas, sustituidas por jueces unipersonales que debían ser elegidos por los ciudadanos (por la burguesía) como cualquier otro cargo polítco y, finalmente, el jurado, que aseguraba que la burocracia judicial feudal no se reproduciría por tratarse de una institución temporal. Así el poder que la burguesía dejaba en manos de los feudales era de alguna manera nulo.

Jurisprudencia

— 1. Antiguamente era la ciencia que estudiaba el Derecho.

— 2. Es el criterio de interpretación de las leyes que establecen los tribunales con su aplicación reiterada a los casos concretos que se parecen entre sí.

Con la revolución burguesa la jurisprudencia perdió fuerza como fuente del Derecho frente a la ley aprobada en el Parlamento. No obstante, siguió manteniendo su importancia en los países anglosajones y con la entrada del capitalismo en su fase decadente y monopolista, ha vuelto a reaparecer con vigor.

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Kantismo | Kautskismo | Keynesianismo | Koljós | Komintern | Kulak |

Kantismo

Es la corriente filosófica idealista subjetiva creada por el filósofo alemán Emmanuel Kant.

Kant (1724-1804) creó una forma de dualismo que tuvo una gran influencia posterior en la filosofía burguesa. Pero si su dualismo aún mantenía un débil componente materialista, sus seguidores neokantianos eliminaron precismente esos componentes para quedarse con el idealismo subjetivo de su predecesor.

Kant separó lo que denominaba la cosa en sí, noumeno, que es incognoscible, del fenómeno, o cosa accesible al conocimiento. Los fenómenos son creaciones subjetivas de los apriori, especie de esquemas mentales que condicionan la percepción. Esta distinción supone que el orden de la realidad está dividido, sin que sea posible elaborar una teoría absoluta y total sobre la realidad en su integridad, ya que ésta es dual.

Además, Kant escinde el entendimiento y la razón. El entendimiento sólo alcanza a los fenómenos, a lo finito y limitado. La razón, aunque tiende hacia lo absoluto y lo infinito, no puede alcanzar esa plenitud.

Finalmente Kant distingue entre el ser y el deber ser, estableciendo así una radical dicotomía entre la teoría (el pensamiento) y la praxis (la acción) que luego Marx y Engels superaron, poniendo el acento en la praxis.

Muy importantes fueron la aportaciones de Kant a la lógica, una parte de la filosofía que desde Aristóteles apenas había avanzado. Kant añade una interpretación nominalista de la epistemología, el concepto de verdad formal, iniciando la lógica trascendental que examina la correspondencia del pensamiento con algunos principios ideales de la razón válida para cualquier clase de conocimiento. No es un nuevo concepto epistemológico como afirmaron luego los neokantianos, sino una concepto añadido al aristotélico o reflejo. Es una verdad abstraida de su contenido, elaborada a priori y sin relación con la realidad externa. Por tanto, dice Kant, la lógica no puede descubrir un error basado no en la forma de la verdad, sino en su contenido. Era el comienzo del formalismo lógico por el que discurriría en el futuro el pensamiento burgués.

Aunque no es muy conocido, a Kant se le deben dos grandes aportaciones científicas: el origen del sistema solar, que se atribuyó a Laplace, y el retardo de las mareas. Kant aplastó uno de los grandes mitos religiosos al demostrar que el sistema solar no se creó en un día, como dice la Biblia, sino que es el fruto de una larga evolución de la materia.

En Kant se reflejaba, decía Marx, la impotencia de la burguesía alemana a finales del siglo XVIII. Era un conciliador que, plenamente consciente del devenir de la ciencia, no se atrevió a extraer todas las consecuencias revolucionarias que de allí se derivaban. La revolución francesa estalló cuando Kant tenía 75 años; incapaz de romper con el pasado, su carácter dubitativo impregna todas sus concepciones filosóficas. No obstante, Engels reconoció la grandeza de algunas concepciones de Kant y declaró al movimiento obrero alemán como heredero de los grandes folósofos idealistas alemanes, entre los que citó a Kant.

Desde mediados del siglo XIX se produjo en la filosofía un cierto retorno a Kant en el que sus seguidores se dejaron por el camino precisamente el aspecto materialista de Kant y lo confundieron con un idealista subjetivo vulgar. Ese retorno influyó en determinadas corrientes etnolinguísticas que afirmaban el relativismo del conocimiento a causa de la lengua, así como en la concepción semiótica del lenguaje. Esta versión manipulada del kantismo está aún muy de boda en la actualidad entre los filósofos burgueses.

Kautskismo

Fue la tendencia centrista de la II Internacional en la época de la I Guerra Mundial.

En 1881, Karl Kautsky, influido por Marx y Engels, se adhirió a las posiciones del marxismo. A finales del siglo XIX publicó varios estudios (La doctrina económica de Carlos Marx, en 1887, La cuestión agraria en 1899 y otros) que contribuyeron a propagar el marxismo. Entre 1905 y 1910, editó el manuscrito de Marx Teorías de la plusvalía que formaba parte del tomo IV de El Capital) que, no obstante su extraordinaria trascendencia, Kautsky manipuló.

Llegó a ser uno de los dirigentes de la socialdemocracia alemana y de la II Internacional y se manifestó inicialmente contra el oportunismo alemán en su obra Contribución a la crítica de la teoría y de la práctica del marxismo: AntiBernstein, publicado en 1899, pero no fue consecuente en su crítica. Posteriormente hizo concesiones al oportunismo en el problema de la dictadura del proletariado y otros.

Durante la I Guerra Mundial, Kautsky se pasó abiertamente a las posiciones del socialchovinismo y rompió con el marxismo, formulando la teoría del ultraimperialismo, hoy dia llamada globalización que define el imperialismo como un tipo especial de política del capitalismo para subordinar las zonas agrarias. A juicio de Kautsky, la fusión de los trusts internacionales en un único supertrust, permite conciliar los intereses de los capitalistas de diferentes países, eliminar la anarquía de la producción y la guerra. Lenin puso de relieve la esencia reaccionaria de la teoría del ultraimperialismo que refleja una escisión entre la economía y la política y el desconocimiento de la ley del desarrollo desigual de los países capitalistas en la época imperialista.

Después de la Revolución Socialista de Octubre, Kautsky se manifestó contra la dictadura del proletariado, defendiendo la democracia burguesa como único camino para llegar al socialismo. Lenin sometió a crítica estas concepciones oportunistas de Kautsky en el libro La revolución proletaria y el renegado Kautsky.

Keynesianismo

Es la política económica del capitalismo monopolista de Estado destinada a mitigar la crisis de superproducción recurriendo al déficit público y a la inflación.

Su promotor fue el economista británico John Keynes (1883-1946). Él y sus partidarios son los grandes defensores del capitalismo monopolista de Estado. La esencia de la teoría keynesiana estriba en que el Estado burgués, con el fin de consolidar el capitalismo, debe intervenir activamente en la economía y asegurar elevadas ganancias a los monopolios. Es la confesión del fin del liberalismo económico, de que el capitalismo no es capaz de superar sus crisis de manera espontánea. Las concepciones económicas de Keynes figuran en la base de la economía dirigida, teoría difundida en el mundo capitalista después de la II Guerra Mundial y que han incorporado también a su arsenal, los socialdemócratas y los revisionistas. El Estado burgués puede, según los keynesianos, reducir el paro si se regula el consumo, la inversión y el tipo de interés.

El keynesianismo es una economía del derroche improductivo, del déficit y de la deuda. A juicio de Keynes, hay que ampliar las empresas capitalistas a cuenta del presupuesto estatal, prestar ayuda financiera a los monopolios, impulsar la industria de guerra y, en general, aumentar los gastos con fines no productivos. Las recetas keynesianas y subconsumistas contra la crisis han partido del sostenimiento artificial de la demanda solvente, principalmente desplazando capitales hacia la circulación y los sectores improductivos, especialmente el sector público. Tras la II Guerra Mundial, a consecuencia de las políticas keynesianas, los sectores económicos vinculados a la circulación se expandieron, lo que supuso un derroche de capital productivo, porque se trataba de negocios improductivos, que no generaban plusvalía sino que vivían de la extracción de plusvalía de los sectores productivos. Por eso se ha amplió el círculo de rentistas y parásitos que se dedicaban a la desvalorización del capital bajo la excusa de la economía social, de la beneficencia y del estado del bienestar.

El gasto público forma parte del consumo improductivo característico de la política económica keynesiana. Desde el punto de vista capitalista, el Estado es un consumidor no un empresario productivo. El Estado no puede hacer la competencia al capital privado. La actividades económicas del sector público o son improductivas (operan con déficit y no generan plusvalía), o si la generan se convierten en indirectamente productivas, y en este caso la plusvalía o no se destina a la acumulación (se consume improductivamente) o bien se transfiere al capital privado por el mecanismo de conversión de los valores en precios de producción. El Estado obtiene su financiación de los impuestos, recortando la plusvalía, es decir, extrae capital de la producción para un consumo improductivo. El consumo improductivo del Estado sirve para reanimar la actividad productiva desvalorizando el capital e incluso destruyéndolo físicamente, por ejemplo, con la guerra imperialista.

En esta misma línea están las nacionalizaciones de empresas ruinosas, con las que el Estado trata de impedir la caída de la cuota de ganancia. El sector público tiende a reducir el valor del capital constante, bajando el nivel de composición orgánica de capital y, por tanto, elevando el de la cuota de ganancia. Toda su intervención está enfilada hacia la prevención de las crisis y la prolongación de la expansión económica.El estado nacionaliza las empresas ruinosas, con lo cual retira del mercado una parte del capital constante, lo deprecia y destruye como tal capital. Las empresas públicas funcionan con pérdidas, lo que supone una transferencia encubierta de fondos a favor de las empresas privadas con las que comercia.

Los keynesianos propugnan que el Estado monopolista utilice a los obreros desocupados en obras públicas, que han de contribuir a que se incorpore fuerza de trabajo adicional y a que aumente la demanda de bienes de consumo. La idea de Keynes sobre la organización de trabajos públicos obligatorios encontró su aplicación práctica más completa en la Alemania hitleriana. Ahora bien, el que los capitalistas, según recomiendan los keynesianos, aumenten el consumo personal de artículos de lujo no puede provocar ningún aumento significativo de la demanda ni, por tanto, puede influir seriamente en el volumen de la producción. Bajo el capitalismo, los consumidores fundamentales son las masas trabajadoras, y sólo es posible aumentar en gran escala la demanda de bienes de consumo elevando el bienestar de las amplias masas populares, cosa que el keynesianismo no prevé.

El keynesianismo es también una economía de la inflación. Los keynesianos asignan al tipo de interés un papel extraordinario para la regulación de la economía capitalista y consideran que las crisis económicas se pueden superar aumentando la circulación monetaria, recurriendo a la inflación y reduciendo el tipo de interés.

Pero esto es sólo una parte del problema. La política fiscal también extraer plusvalía de los sectores improductivos (o de los menos productivos) más ligados a los trabajadores (prestaciones por desempleo, seguros sociales) para transferirla hacia los sectores monopolistas punteros tratando de incrementar su cuota de ganancia. Las empresas públicas que generan beneficios son excepcionales y deben equipararse a las privadas; las demás son las que asumen funciones económicas imprescindibles que no resultan rentables para la burguesía monopolista. Todos estos mecanismos públicos de intervención económica son, por tanto, formas encubiertas de destrucción de capital (de desvalorización o reducción de la composición orgánica) que, al mismo tiempo, transfieren fondos a los monopolios e incrementan sus ganancias. De aquí -y de las crecientes necesidades burocráticas de controlar y reprimir a los trabajadores- deriva el déficit presupuestario, la gigantesca deuda que ahoga a los Estados contemporáneos.

Koljós

Fueron la cooperativas agrarias que se formaron en la Union Soviética a partir de la colectivización emprendida en 1928.

Koljós es un acrónimo ruso que significa economía colectiva porque el reparto de la tierra impuesto en 1917 había conducido a una infinidad de pequeñas expotaciones agrarias individuales y familiares. Lo que se pretendió a través de los koljoses fue pasar a formar explotaciones más grandes, más productivas y trabajadas en común. A diferencia de los sovjoses, los koljoses eran una forma de empresa privada pero cooperativa que se fundamentaba en la propiedad socializada de la tiera y de los instrumentos de producción que el Estado soviético aportaba. Los medios de producción, la tierra y la maquinaria, eran públicos, pero los koljoses repartían entre los cooperativistas los beneficios de la producción.

Los koljoses formaron en el campo soviético grandes unidades económicas autogestionarias, donde los propios cooperativistas resolvían sus problemas de manera asamblearia, fijaban sus sueldos y las horas de trabajo. Pero no se trataba sólo de unidades económicas; anexos a los koljoses se formaron escuelas, guarderías, centros de salud, bibliotecas, polideportivos, teatros y cines que prestaban servicio a los cooperativistas.

Komintern

Es un acrónimo ruso que designa a la Internacional Comunista o III Internacional.

Kulak

En la Rusia de la década de los años veinte del siglo pasado, fue un campesino enriquecido por la nueva política económica emprendida por el socialismo.

La Revolución de Octubre repartió las tierras entre los campesinos más pobres, expropiándoselas a la Iglesia y los terratenientes. En concepto de usufructo gratuito, se les entregaron tantas tierras como pudieran trabajar por sus propios medios, sin emplear fuerza de trabajado asalariada. Se creó así una gran masa de campesinos medios que cultivaban pequeñas parcelas y que promovieron el desarrollo de una economía mercantil. Este sistema económico se desarrolló fuertemente con la nueva política económica iniciada en 1921 lo que, finalmente, dio lugar a la división en clases de aquella gran masa de campesinos, de los cuales los más favorecidos comenzaron a emplear fuerza de trabajo asalariado de los campesinos pobres.

Para realizar la colectivización agraria tuvieron que ingresar en las cooperativas o koljoses, lo que desató una decisiva lucha de clases en la cual, bastante de ellos se enfrentaron a los campesinos pobres y, con ayuda de los imperialistas atacaron al poder soviético y emprendieron sabotajes de todo tipo, siendo aplastados por la fuerza.

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Laicismo | Lamaísmo | Lancasteriano | Lassalleano | Latifundio | Legalismo | Leninismo | Leva | Liberalismo | Libertad | Lineal | Lingüística | Lista negra | Lógica | Logística | Ludismo | Lumpenproletariado | Luterano | Luxemburguismo

Laicismo

Es la corriente ideológica democrática que pretende la separación entre la Iglesia y el Estado.

Fue muy importante a finales del siglo XIX y comienzos del XX entre la pequeña burguesía, especialmente en aquellos Estados en los que no se había producido una revolución burguesa y la Iglesia seguía manipulando la educación y otros sectores políticos fundamentales.

Lamaísmo

Variante del budismo que desarrolló determinados aspectos rituales del culto externo (rezos, conjuros mágicos, sacrificios y fiestas), divinizó a algunos animales y declaró la adoración de los espíritus de las montañas.

Especialmente influyente en el Tibet, donde los lamaístas crearon un Estado teocrático feudal dominado por los monjes y el Dalai Lama, tras la revolución china de 1949 se transformaron en una sucursal del imperialismo.

Lancasteriano

Es un método de enseñanza mutua propagado en Inglaterra por José Lancaster a comienzos del siglo XIX.

El obrero José Lancaster (1778-1838) fue un pedagogo inglés que expuso un sistema de enseñanza en dos obras tituladas Educación de las clases obreras y Sistema inglés de educación. Organizó en 1798 la enseñanza mutua en una escuela del arrabal de Southwark, método ya practicado por Andrés Bell (1753-1832) en una escuela de Londres y que ésta acababa de traer de la India. Fracasó en la enseñanza secundaria, y a partir de 1816 intentó, sin éxito, hacerlo adoptar en América, donde murió. Alcanzó popularidad, pero su método fue impugnado por el clero norteamericano y por el mismo Bell, a quien quiso privar del mérito de su invención.

Lassalleano

Fue una corriente oportunista del movimiento obrero alemán a mediados del siglo XIX impulsada por Ferdinand Lassalle (1825-1864).

Lassalle creó en 1863 la Asociación General de los Obreros Alemanes como partido propio, de clase, frente a los burgueses que querían someter a la clase obrera a su influencia. El programa, redactado por el propio Lasalle, se centró en la lucha por el sufragio universal. Pero también propugnó la creación de asociaciones obreras de producción subsidiadas por el Estado porque Lasalle consideraba a éste como un ente por encima de las clases que podría transformarse en un Estado popular libre gracias al sufragio universal. Era una línea pequeño burguesa que se sometía a las aspiraciones hegemónicas de Prusia.

Divulgó la errónea ley de bronce de los salarios, copiada de Turgot y Malthus, según la cual el nivel de los salarios desciende en la sociedad capitalista hasta el mínimo vital de subsistencia. Por eso, sostenía, no tiene sentido luchar por el aumento de los salarios, ya que vienen impuestos por una ley inexorable.

Junto con los eisenachianos, los partidarios de Lassalle fueron la otra corriente fundadora de la social-democracia alemana, sobre la que, por lo tanto, su pensamiento ejerció una nefasta influencia. En el Programa de Gotha de este Partido se deslizaron varias de sus tesis, que Marx sometió a una crítica implacable.

Latifundio

Es una explotación agrícola y ganadera de grandes dimensiones.

En España los latifundios fueron un residuo del feudalismo que perduró hasta los años sesenta del siglo XX.

Legalismo

Es una corriente reformista dentro del movimiento obrero que adapta su lucha a los cauces tolerados por la burguesía.

Leninismo

Es el desarrollo del marxismo para su aplicación a las nuevas condiciones surgidas con la entrada del capitalismo en su fase imperialista.

Para impulsar la revolución proletaria V.I.Lenin (1870-1924) tuvo que hacer frente a nuevas situaciones que Marx y Engels no pudieron prever, todas ellas condicionadas por la nueva etapa imperialista. Esto no sólo supuso cambios económicos sino también cambios políticos, derivados de la presencia de los monopolios en la dirección del Estado burgués y la inevitabilidad de las guerras imperialistas, así como, finalmente, cambios ideológicos no solamente en el seno de la burguesía sino también entre la clase obrera.

El imperialismo engendra dentro de la clase obrera una corriente revisionista que dice actuar bajo la bandera del marxismo, corriente que apareció en la I Guerra Mundial para poner al proletariado al servicio de las guerras exterminadoras de los imperalistas. Ante ello se alzó Lenin combatiendo a los enemigos emboscados en las propias filas, reclamando la expulsión sistemática de los revisionistas y apelando a transformar la guerra imperialista en guerra civil contra la propia burguesía. El leninismo, por tanto, se caracteriza por una lucha instransigente contra el oportunismo, que había consagrado el parlamentarismo, el legalismo y el pacifismo como únicos métodos de lucha validos del proletariado.

A la muerte de Lenin, fue Stalin el más fiel continuador de su obra frente a quienes como Trotski, Zinoviev o Bujarin consideraban el leninismo como un fenómeno exclusivamente ruso, y no internacional, o lo consideraban como una expresión agraria y atrasada del marxismo. Por el contrario, Stalin defendió que el leninismo formaba parte integrante de la ciencia del proletariado y que era tan universal como el propio marxismo, del que constituía un nuevo desarrollo en las nuevas condiciones monopolistas e imperialistas.

Leva

Es el reclutamiento forzoso de tropas para cumplir el servicio militar.

Liberalismo

Es la ideología política de la burguesía revolucionaria en la etapa ascendente del capitalismo.

El liberalismo se desarrolla como ideología revolucionaria en oposición al feudalismo, especialmente a las ideologías religiosas propias y características de aquel modo de producción. Su idea fundamental es la de neutralidad del Estado, que debe ser aconfesional en lo religioso, abstencionista en lo económico e instrumental en lo político. El Estado debe limitarse a asegurar que no existan perturbaciones externas que incidan negativamente sobre el universo de los intereses privados, que deben ser tutelados de cualquier clase de injerencia. Impone así una estricta división entre lo público y lo privado, determinando la primacía de esto último, respecto de lo cual, lo público es instrumental, una técnica.

Para el liberalismo son los individuos los que llenan de contenido a la sociedad. La religión se concibe como un asunto privado, la economía también y el Estado es un mera máquina que debe ser dirigida por el partido mayoritario.

Esta falsa concepción del Estado burgués estuvo vigente hasta la I Guerra Mundial, momento en el que, con la entrada del capitalismo en su etapa imperialista, entra en quiebra y es sustituida por el fascismo, que impondrá una nueva concepción del Estado burgués con repercusiones sobre los ámbitos económico, político e ideológico. El intevencionismo del Estado marca el fin del sueño de un capitalismo competitivo y autorregulado, que no necesita de injerencias extrañas al mercado para funcionar automáticamente y expandirse de manera ilimitada y creciente. Un mercado autorregulado significa una sociedad plural y abierta que resuelve de manera autónoma sus propias fricciones a través de la competencia. Un mercado intervenido por el Estado le confunde con la misma sociedad y requiere de otros instrumentos: necesita adhesión, legitimidad, consenso y acuerdo de todos (o de la mayoría) para que funcione. El fascismo sustituye entonces al liberalismo.

De ahí que todas las teorías de finales del siglo XX acerca de un supuesto neoliberalismo, de un retorno al liberalismo, sean falsas. El liberalismo ha pasado a la historia; la burguesia hace mucho que dejó de ser una clase revolucionaria y el capitalismo no puede dejar de ser capitalismo monopolista de Estado, donde la intervención del sector público es fundamental para mantener en pie el régimen de explotación.

Libertad

Es la capacidad de decidir con conocimiento de causa.

Espinosa la definió como la necesidad consciente, de manera que ambos, libertad y necesidad, no son opuestos, como los presenta la ideología burguesa. Sus portavoces sólo conciben la libertad allá donde no existe sumisión a la necesidad, hacen de ella un verdadero fetiche interpretándolo de una forma individualista y abstracta. La burguesía considera que es libre quien realiza su omnímoda voluntad. Para ella no es más que la posibilidad de realizar sus designios de clase sin cortapisa alguna. Conciben el sentido unilateral de la necesidad y la presentan como una fuerza que impide actuar según el deseo y obliga a hacer lo contrario a él. En ese sentido limitado, en efecto, la necesidad está en oposición a la libertad y no puede dejar de pesar sobre los hombres con mayor o menor intensidad.

La ideología burguesa entiende la libertad como la libertad de elegir pero nunca explica los motivos por los cuales la elección se materializa en una u otra opción concreta. Así separa libertd y necesidad, reconociendo que sólo hay libertad donde no hay necesidad, una situación de jamás se produce.

Una fuerza que se presenta ante el hombre como factor exterior de coerción, yendo al encuentro de su deseo, puede, en otras circunstancias, hacerlo con un aspecto totalmente diferente. El hombre se somete siempre a la naturaleza aun cuando él la subordine a su servicio. Este sometimiento es la condición de su liberación: haciéndolo, aumenta por ello mismo su poder sobre aquélla, es decir, su libertad.

La voluntad humana se debe adaptar a la necesidad, para lo cual debe conocerla primero. La libertad es el dominio de nosotros mismos, de la sociedad y de la naturaleza basado en un conocimiento de las leyes que los regulan. Engels afirmaba que la libertad no reside en la independencia del hombre de las leyes objetivas sino en el conocimiento de esas leyes, que es la única manera de hacerlas actuar de un modo planificado para fines determinados. Él subordinaba la libertad a la necesidad con que las leyes objetivas gobiernan el universo, no solamente las que son exteriores al hombre sino las propias leyes que rigen la vida espiritual y material de las sociedades.

En la necesidad existe siempre un elemento de sumisión, pero no existe sólo sumisión. La burguesía encubre que si se toma la libertad en un sentido unilateral y limitado se hace al hombre esclavo de las fuerzas materiales e ideológicas dominantes y de las modas que en cada momento ésta impone. Su libertad conlleva necesariamente la opresión del proletariado y la justificación de todos sus atropellos contra los oprimidos. Sin embargo, la libertad sólo puede ser concreta y colectiva, exigiendo poner a disposición de las masas oprimidas todos los medios materiales y espirituales para que puedan regir sus destinos por sí mismas con pleno conocimiento, esto es, de manera consciente.

Lineal

Es una función matemática en la que la variable independiente está elevada a la primera potencia.

Las ecuaciones y las funciones expresan relaciones entre magnitudes. Unas magnitudes, llamadas variables dependientes, cambian al cambiar otras, llamadas variables independientes. En las funciones se puede considerar arbitrariamente una de las variables como variable independiente. Cuando en una ecuacion la magnitud independiente está elevada a la primera potencia, la ecuacion es lineal y su representación gráfica es una línea recta.

La idea de linealidad implica que las cosas cambian en una proporción constante. En la vida real son muy pocos los sistemas lineales; la mayoría de los fenómenos son no lineales. Por eso lineal es sinónimo de simplificación, de mecanicismo.

Lingüística

Es la ciencia que estudia el lenguaje.

Ciencia de reciente creación, la lingüística ha transformado al lenguaje de instrumento de conocimiento en objeto del conocimiento. El lenguaje está íntimamente unido al pensamiento; no existe pensamiento sin lenguaje. Esto se interpreta a vces diciendo que elpensamiento es el contenido y la lengua es la forma; no es así. La forma del pensamiento es la lógica y el contenido de la ligüística es el significado, la semántica.

El lenguaje, decía Marx es la realidad inmediata de la conciencia, la conciencia práctica que nace con la necesidad de intercambio mutuo entre los hombres y, en consecuencia, tiene un carácter social. Históricamente el lenguaje aparece gracias al trabajo humano y ambos, trabajo y lenguaje, son los que desarrollan el pensamiento, partiendo de los sentidos hasta alcanzar las mayores abstracciones. Pero ni el pensamiento ni la lógica pueden confundirse con el lenguaje, ni éste con aquellos, aunque todos ellos tienen el común, no obstante su abstracción, que reflejan el mundo, el mundo exterior y el mundo interior.

Esto no significa, como decía el lingüista soviético N.J.Marr, que el lenguaje sea una ideología que expresa una sociedad dividida en clases antagónicas. Por más que ambos estén estrechamente ligados, el pensamiento tiene un componente clasista, ideológico, pero el lenguaje no, como demostró Stalin.

El lenguaje, como cualquier otro sistema semiótico, se compone de signos, significados, objetos y sujetos y tiene como fin tanto el conocimiento como la comunicación. Pero no es única ni exclusivamente signo, significado, objeto ni sujeto. Tampoco es únicamente sintaxis, gramática, ni únicamente semántica. Todas las filosofías burguesas contemporáneas han desatado una febril verborrea en este punto con el único propósito de encubrir lo más sencillo y lo más autoevidente: que el lenguaje es, ante todo, una práctica, un medio de intercomunicación social entre los hombres. Por eso la distinción de Saussure entre lengua y lenguaje, que deriva de la distinción burguesa entre lo social y lo individual, es falsa aunque la utilidad de la distinción deriva de que el lenguaje es el uso que cada persona hace de los recursos disponibles en una lengua para expresarse y comprender sus problemas. De aquí no se pude deducir que el lenguaje y la lengua estén separados, sino todo lo contario: una lengua sólo existe en el lenguaje.

El intuicionismo afirma erróneamente que es posible el pensamiento sin lenguaje; el simbolismo postula, por el contrario, que es posible un lenguaje sin pensamiento. Sin embargo, ambos no se pueden separar ni tampoco confundir: son interdependientes. Tampoco significa que en el pensamiento no se realicen más que operaciones lingüísticas porque el pensamiento tiene un carácter conceptual: refleja la realidad y elabora abstracciones a partir de ella. Es más rico que el lenguaje, finalmente deducido de poco más de treinta letras y unos cuantos miles de palabras. Pero sin el lenguaje, el pensamiento jamás podría alcanzar el grado de abstracción que ha logrado.

En el pensamiento burgués el lenguaje se ha entendido bien en forma neokantiana, como un apriori de carácter simbólico que condiciona nuestra comprensión de la realidad, bien en forma idealista objetiva, como manifestación del espíritu de un pueblo y, finalmente, subjetiva como un artificio creado por la mente humana. En suma, para la burguesía el lenguaje no expresa la realidad exterior, como afirmamos los materialistas, sino que la crea. Y lo crea, además, de una manera arbitraria, convencional, partiendo, como la lógica formal, de un conjunto de signos y operaciones. Eso no solamente es falso en el lenguaje común sino incluso en el más elaborado de las ciencias. Aunque no cabe desconocer el importante influjo del lenguaje (ni el del pensamiento) sobre la realidad, así como tampoco el del lenguaje sobre el pensamiento, es indudable que ambos, pensamiento y lenguaje, son fenómenos históricos y sociales creados por la realidad y que reflejan la realidad. Es este origen la mejor demostración de que, en contra de autores como Carnap, ni el lenguaje ni el pensamiento son convenciones ni símbolos. El lenguaje y la realidad están interrelacionados: el lenguaje proviene de la realidad y, a su vez, influye sobre la realidad. Quien no entiende esta mutua vinculación, tampoco puede explicar el motivo por el cuál los esquimales tienen más de cuarenta voces distintas para referirse a la nieve; y es seguro que no son invenciones subjetivas sino de que en la realidad existen nieves de muy distinto tipo.

Los lenguajes tampoco son esos sistemas cerrados e inconexos a los que se refieren los filósofos burgueses pues, de ser así, no se podrían traducir. Sin embargo, por alejados que parezcan, todos los idiomas tienen puntos de contactos, se influyen unos a otros y evolucionan con el paso del tiempo. Aunque los matices cambien, los hombres pueden expresar las mismas ideas en lenguajes muy diversos.

Lista negra

Es un repertorio que elaboran y difunden los capitalistas de los obreros más combativos de un sector para impedir que encuentren trabajo en ninguna empresa.

Localismo

Es la tendencia reformista de los movimientos sociales a encerrarse en los problemas inmediatos y más próximos en los que habitan y trabajan.

Lógica

Es la ciencia de las leyes que rigen el pensamiento.

Como toda ciencia, la lógica no es una verdad eterna, infalible y establecida para siempre sino, por el contrario, motivo de las más enconadas disputas desde la remota Antigüedad. Es, por tanto, una ciencia histórica, la ciencia del desarrollo histórico del pensamiento humano. Por otro lado, la lógica refleja el movimiento de todos los fenómenos universales, tanto naturales como sociales, por lo que el movimiento del pensamiento es idéntico al del ser al que refleja.

La lógica es tanto lógica formal como dialéctica. La primera es estática y limitada ya que se fundamenta en el principio de no contradicción, mientras que la dialéctica tiene una validez general ya que se basa en el principio de contradicción, en el movimiento.

La lógica formal, que había permanecido estática prácticamente desde los tiempos de Aristóteles, transformándose en el refugio favorito de la metafísica, experimentó un avance gigantesco a finales del siglo XIX tras los estudios del matemático alemán Gottlob Frege (1848-1925). Actualmente la lógica formal está estrechamente ligada a otras dos áreas básicas del pensamiento: el lenguaje y la matemática. Y todos estos campos se consideran parte integrante de una ciencia más general: la semiótica o semiología.

No obstante la enorme trascendencia de sus avances, la lógica formal no ha logrado los propósitos que había emprendido por sus propias limitaciones internas y por la orientación filosófica que, no obstante sus pretensiones cientificistas, subyacen en ella. Ni la lógica formal, ni el lenguaje ni la matemática son sólo un sistema de signos y mucho menos un sistema arbitrario o convencional de signos. La lógica formal y la matemática son un reflejo (abstracto, pero reflejo al fin) de la realidad, tienen un contenido congnoscitivo. El lenguaje, por su parte, no es tampoco un sistema de signos únicamente sino de signos y de significados que reflejan la realidad, de manera que está indisolublemente ligado al pensamiento.

El error de los positivistas y pragmatistas radica en concebir formalmente la lógica formal que, además, es la manera usual de concebirla: la lógica formal no tendría contenido, según estas tesis, naturalmente entendiendo por contenido el contenido sensible, perceptible. Pero, como escribió Hegel, el contenido de la lógica es la conformidad con el pensamiento. El pensamiento, añadía Hegel, no es indiferente al contenido, no es una simple forma y, no solamente en el arte sino en cualquier otra esfera, la verdad y el valor del contenido están esencialmente fundados sobre la identidad del contenido y de la forma. Sin embargo, toda la filosofía burguesa contemporánea está fundada sobre la eliminación de esta identidad, sobre la naturaleza simbólica de la lógica formal, como si ésta fuera un jeroglífico: a partir de unos axiomas se deducen toda una cadena de postulados de los que únicamente se exige su coherencia interna, que no sean contradictorios.

Logística

Es la lógica en la forma adoptada a partir del siglo XIX.

Luterano

Es aquel que sigue las tesis del alemán Martin Lutero acerca de la reforma de la iglesia.

Desde sus mismos comienzos, la corrupción de la iglesia era tan grande que las primeras tentativas se iniciaron ya en el II Concilio de Letrán en 1139. En 1512 se inició el V Concilio de Letrán, y quedó claro que, si la reforma no se hacía, llegarían las escisiones.

Por aquellas fechas Lutero tenía unos 30 años y era un sacerdote agustino. Los agustinos habían sido desplazados por los dominicos en la recaudación de las indulgencias. El ambiente interno era pésimo para una religión que se vendía el paraiso y todas la cosas sagradas a cambio de un puñado de monedas: Tan pronto como se oiga caer la moneda en el cepillo, el alma sube de un salto al cielo.

Lutero rompió con esta corrupción y con la iglesia de Roma, instarando una serie de nuevos principios teológicos que abrieron el camino al protstantismo. Según él, el justo vive de su fe, algo que Dios otorga por su gracia. Las buenas obras no producen ningún mérito. La idea de la fe se completaba con el fatalismo: el hombre que pudiera decidir en favor del bien sería su propio salvador y no necesitaría de Cristo.

En 1521 Carlos V intentó mediar en la escisión, pero Lutero no se retractó por lo que fue declarado proscrito y quemados sus libros. Federico de Sajonia se convirtió en su protector: desde ese momento se dedicó a traducir y comentar en alemán de la Biblia, logrando una de la grandes obras maestras de la literatura de aquel país. Ninguna otra versión ha alcanzado el arraigo de la Biblia alemana traducida por Lutero. Por su parte, Carlos V, aunque católico, llegó a apresar al mismo Sumo Pontífice, después de haber atacado a Roma por medio de un ejército que en su mayor parte se componía de luteranos.

En 1525 estalló la guerra entre campesinos y señores, animada en parte por las tesis luteranas de igualdad. Pero Lutero se puso del lado de los príncipes, animando a la represión de la revuelta. El prestigio del reformador cayó y aparecieron nuevos dirigentes como Zwinglio, Carlostadio, Münzer y Storch, provocando la escisión de la reforma y la aparición del anabaptismo.

Para dar ejemplo de la abolición del celibato, en 1525 Lutero se casó con una monja que había abandonado el monasterio, veinte años más joven, naciendo seis hijos de esta unión.

Se formó una coalición de los príncipes protestantes contra Carlos V. A causa de esto comenzó una larga guerra entre este emperador y la alianza de los príncipes referidos. Además de Alemania, Holanda, Dinamarca, Noruega, Suecia e Inglaterra aceptaron la reforma y la liga alemana se amplió a una coalición de naciones protestantes, que se esforzaron para alcanzar una unidad doctrinal. No lo lograron y en 1546, el año que murió Lutero estalló una larga guerra entre protestantes y católicos.

Ludismo

Fue una tendencia primitiva del movimiento obrero a destruir las nuevas máquinas automáticas cuya introducción en la producción provocaba el despido y la desocupación en su seno.

La ausencia de una comprensión científica del problema llevó a los obreros a confundir de forma espontánea al capitalismo con los medios de producción, a identificar la cosas con las relaciones sociales y, por tanto, a tratar de solucionar los problemas enfrentándose con los objetos y no con los hombres.

Lumpenproletariado

Es aquella parte de la clase obrera que queda fuera del proceso de producción y socialmente marginada.

El capitalismo crea un voluminoso ejército industrial de reserva, al tiempo que el pauperismo de la población crece progresivamente. Las crisis golpean periódicamente con fuerza a la clase obrera engendrando un importante sector de la población colocada en la miseria, sin expectativas ni esperanzas de ningún tipo que debe recurrir a toda clase de subterfugios para poder sobrevivir en unas condiciones lamentables. Ellos son el colchón que amortigua las caídas y evita que el sistema se rompa en pedazos.

El lumpenproletariado crece al mismo ritmo que la acumulación capitalista. Por eso, lo que en un polo es acumulación de riqueza es, en el polo contrario, es decir, en la clase que crea su propio producto como capital, acumulación de miseria, de tormentos, de esclavitud, de despotismo, y de ignorancia y degradación moral. Este sector social desempeña un papel económico fundamental y no es ningún residuo desechable. No son los despojos que va arrojando la sociedad en su marcha: es también uno de los motores de esa marcha; la marginación no es algo accesorio, prescindible, una secuela indeseada sino una pieza fundamental en el funcionamiento del sistema productivo capitalista. En contra de la lógica asistencial, los presupuestos de bienestar se incrementan en las fases de auge económico y se contraen en las de crisis, que es cuando deberían ser más cuantiosas. Lo que la clase dominante da y lo que la dominada necesita no son correlativos en absoluto. No hay políticas económicas capaces de erradicar la marginación social, porque es un fenómeno consustancial a esta sociedad que interesa promover como fuerza de choque contra los trabajadores. Así ha sido históricamente hasta hoy mismo: la caridad, la beneficencia y los servicios sociales es lo que siempre han pretendido. La política social es la otra cara de la política represiva: no es algo distinto sino más de lo mismo, una continuación de lo mismo.

El lumpenproletariado es extraordinariamente vulnerable y, por ello, es en su seno donde la burguesía ha reclutado la carne de cañón imprescindible para sofocar cualquier rebelión dirigida contra su dominio. La legión de los excluidos no se caracteriza, pues, por su inadaptación, sino por su exceso de adaptación precisamente. Nadie está más aferrado a los valores y símbolos capitalistas que sus primeras víctimas, quienes han padecido en sus carnes con toda crudeza la dialéctica del amo y el esclavo. No se trata sólo de un sector social desclasado sino privado de su conciencia de clase y, en consecuencia, el más expuesto al bombardeo mediático: todas las taras ideológicas de la sociedad actual se manifiestan más acusadamente entre estos desplazados entre los que la burguesía suele reclutar sus fuerzas de choque.

Luxemburguismo

Es la corriente marxista internacionalista impulsada por Rosa Luxemburgo (1871-1919) a comienzos del siglo XX.

De origen polaco y con una extraodinaria formación ideológica, Rosa Luxemburgo es una de la grandes figuras del proletarado internacional, un águila, como la llamaba Lenin. En un momento de descomposición política de la II Internacional y del Partido social-demócrata alemán, sacudido por la I Guerra Mundial, Luxemburgo mantuvo en pie de manera consecuente a los obreros alemanes, a los que condujo hasta las puertas mismas de la revolución. Además impulsó entre los marxistas alemanes el estudio de las obras de Marx y Engels, a cuyo acerbo contribuyó con originales aportaciones llenas de sagacidad. Fue de las primeras en combatir las tendencia revisionistas dentro de la social-democracia alemana. Por todo ello fue cobardemente asesinada por los mismos socialdemócratas alemanes, sus compañeros de partido, aupados por la burguesía al poder para ejecutar el trabajo sucio.

Sin embargo, sus ideas no captaron la nueva etapa en la que entraba el capitalismo y las limitaciones de su pensamiento lastraron también la consolidación del Partido Comunista Alemán que en sus orígenes acuñó la expresión luxemburguismo como sinónimo de influencia negativa en determinados aspectos decisivos. Fundamentalmente estos aspectos concernían a la noción de imperialismo, a la concepción del partido como vanguardia dirigente, a la cuestión nacional y a los campesinos como fuerza de reserva revolucionaria.

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