nº1.431 //29-09-03
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HISTÓRICO |
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Búsqueda por: Marca y Modelo |
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BMW M3 SMG II |
Protagonistas al cambio |
El M3 fue pionero, con su cambio SMG, en la robotización del cambio convencional con embrague. Y en esta segunda entrega, los resultados son mucho más contundentes que en la primera.
Dotado de una palanca de uso secuencial (sólo adelante y atrás) y de unas amplias levas tras el volante (una sube las marchas y la otra las baja), el accionamiento de cualquiera de los dos mecanismos pone en marcha un complejo sistema electrohidráulico capaz de activar el embrague y de insertar las marchas. El manejo es, por lo tanto, muy simple. Un interruptor permite además regular la rapidez en el paso de una velocidad a otra, lo que afecta también a la suavidad: más lento=más suave, más rápido=más brusco. Se puede así circular por ciudad con la suavidad de un cambio automático total (está previsto también ese tipo de uso) o desmelenarse en un circuito de carreras tratando de imitar a Fernando Alonso. Porque este artilugio mecánico permite a un conductor normal sentir sensaciones reservadas a los pilotos de Formula 1.
De hecho, desconectando las ayudas electrónicas a la conducción (control de tracción y estabilidad) el cambio accede a una sexta regulación de rapidez y en ella resulta casi brutal y la eficacia, sobrecogedora. Para que nada falte, hay previsto un sistema de arrancada (como la que emplean en F1 cuando dan la salida), uno antipendientes (para arrancar en cuestas sin desplazarse hacia atrás) y en las reducciones realiza un enérgico doble embrague. Además, unas luces en el cuentarrevoluciones indican la conveniencia de pasar a la marcha siguiente (como en los modernos coches de competición) y un interruptor sport activa una respuesta más inmediata del acelerador y endurece la servodirección.
Toda esta tecnología supera las habilidades de cualquier conductor, por bueno que éste sea, y pondrá en apuros a muchos pilotos profesionales, con la ventaja de no equivocarse, ya que la electrónica impide los excesos de revoluciones. Fácil de manejar, cómodo y efectivo, el cambio SMG aporta también unas inigualables sensaciones deportivas.
Al margen de ello, el M3 necesita pocas cartas de presentación. Es, bajo la apariencia de un coupé musculoso con capacidad para cuatro personas y con un correcto maletero, uno de los deportivos más admirados del mercado. Su sensacional motor de 3.2 litros y 343 caballos (un Porsche 911 tiene 320 cv) le otorga unas prestaciones espectaculares. Y es capaz de alcanzar las 8.000 r.p.m. con la misma facilidad con la que afronta el tráfico urbano. Además, el consumo sólo se dispara (más de 20 litros) en conducción muy exigente, mientras que respetando los límites de velocidad se conforma con poco más de 10 litros.
La rigidez de las suspensiones es desde luego un handicap para el confort, pero sale beneficiada la estabilidad, que es soberbia. Le da igual la autopista que un tramo de montaña: el equilibrio de esta tracción trasera y su aplomo es total. Además, los controles electrónicos de tracción y estabilidad se encargan de evitar los excesos de optimismo.
Desconectarlos es completamente desaconsejable ya que las reacciones del coche serán entonces las de un pura sangre y pocos jockeys serán capaces de domarlo.
En todo este panorama, desentonan los frenos. Tienen un óptimo ABS pero la resistencia a la fatiga no está a la altura de semejante deportivo. |
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MOTOR |
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6 CILINDROS/3.246 CC |
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POTENCIA |
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343 CV A 7.900 RPM |
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ACELERACIÓN |
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0 A 100 KM/H: 5,2 SEGUNDOS |
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VELOCIDAD MÁXIMA |
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250 KM/H (AUTOLIMITADA) |
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LONGITUD/PESO |
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4,49 METROS/1.570 KILOS |
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CONSUMO OFICIAL |
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URBANO: 17,8 LITROS EXTRAURBANO. 8,4 LITROS |
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CONSUMO EN PRUEBA |
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15,8 LITROS/100 KM |
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PRINCIPALES OPCIONES |
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NAVEGADOR POR SATÉLITE TAPICERÍA DE CUERO |
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GARANTIA |
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2 AÑOS SIN LÍMITE DE KILÓMETROS |
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volver |
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